Cada verano, además de los fichajes y amistosos de pretemporada, las nuevas equipaciones de los equipos de fútbol generan gran expectación y comentarios.
Desde que la nueva camiseta se filtró en una página web especializada, los aficionados no han dejado de expresar sus opiniones en redes sociales, llenándolas de críticas, comentarios y memes. No obstante, la reacción no se compara con lo que ocurrió en el verano de 2004.
En junio de aquel año, tras finalizar la temporada en la que el Athletic, bajo la dirección de Ernesto Valverde, logró un sobresaliente quinto puesto en la liga y una plaza en competiciones europeas, la directiva del club, liderada por Natxo Ugartetxe, decidió encargar una camiseta especial para los partidos de la Copa de la UEFA (hoy Europa League).
El diseño fue encomendado al reconocido artista Darío Urzay. A pesar de su prestigiosa trayectoria, su propuesta no fue bien recibida por los aficionados rojiblancos. Urzay reemplazó las tradicionales franjas verticales rojas por manchas de pintura roja que salpicaban un fondo blanco, ganándose rápidamente el apodo de camiseta "ketchup".
La presentación de la camiseta tuvo lugar en el Museo de Bellas Artes, y no en Ibaigane. Los modelos fueron dos jugadores de Lezama: Mikel Dañobeitia y Gontzal Pérez. Dañobeitia recuerda con claridad aquel momento: "Estaba yendo a la playa cuando mi entrenador en División de Honor me llamó. Los jugadores del primer equipo estaban de vacaciones y me pidió que participara en la presentación. La camiseta era sorprendente, pero a mí me gustó".
Sin embargo, la acogida general fue muy distinta. Dañobeitia sonríe al recordar: "Todos los años recibo fotos de amigos cuando salen camisetas extravagantes o feas de otros equipos. Yo la tengo y la guardo con cariño". La vida de la camiseta "ketchup" fue breve. El Athletic solo jugó un partido con ella.
Este único partido fue en Holanda contra el Groningen, donde los rojiblancos perdieron 3-2. Urzaiz y Joseba Etxeberria fueron los goleadores del Athletic en ese encuentro. Hoy en día, la camiseta está expuesta en el Artium de Vitoria. Urzay recuerda aquellos días con sentimientos encontrados: "Fueron días intensos. Hice lo que debía hacer y me permitió conocer a gente interesante".
Al ser preguntado si repetiría la experiencia, responde con firmeza: "Lo mismo, no. Haría otra cosa. He tenido propuestas para una reedición, pero he dicho que no. Fue lo que fue y acabará siendo una de las camisetas más caras de la historia del fútbol".